¡Tengo el SOL de tu sonrisa y no preciso más!



Pero varias veces la necesité y varias veces acudió personalmente cuando la llamaba en pensamientos.Había veces que la extrañaba y ella magicamente aparecía en mi puerta para amarnos y olvidar los còmo y los por qué de ese amor que rayaba la locura y la incoherencia. Y cuando se iba, podìa extrañarla horriblemente o desear que no vuelva mas. Es así cuando uno no ama de verdad. Son solo momentos sin proyectos, pero que quieren repetirse y hasta se añoran.Pero ella nunca entendiò eso, y tenía razón, ella necesitaba ser amada locamente e incondicionalmente, aunque yo no era capaz ni de transformarme en su novio oficial. No podía, porque internamente yo sabía que ella no estaba bien y que no era la persona correcta para mí. Pero aùn asi... la amaba cada vez que podìa, y su cuerpo era lo mas hermoso que me rodeaba siempre. Estaba dando vueltas en mi mente como un ángel, tan hermosa, tan suave y tan sexual. Me calentaba (aunque suene grosero), la deseaba cada vez que la veía, y no podía no amarla o tenerla entre mis brazos. Necesitaba tocarla, besarla y poseerla, porque era discipulo de su piel, de su pelo y de sus palabras de amor.Nunca mas sentí eso por otra mujer... nunca.Y aún hoy cuando la encuentro, nuestras pieles se atraen como imantadas por el sexo y por la pasión.Pero esta vez puedo contenerme, porque debajo de esa piel no hay nada, y dentro de esos ojos puedo notar el odio y el rencor. Aunque la luz de su belleza me diga una y otra vez: soy tuya.
(fragmento de Alejo)

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