Nos queríamos. Eso nunca lo habíamos puesto en duda.
Lo que no sabíamos era qué teníamos que hacer para
no destrozarnos la vida uno al otro de una manera tan
dolorosa y brutal que nos dejábamos el alma partida.
¿Por qué no admitimos que esta relación es una mierda,
pero seguimos adelante? ¿Por qué no admitimos que nos
sacamos de quicio mutuamente, pero que no podemos
vivir el uno sin el otro? Así podríamos pasar el resto de
la vida juntos, hundidos en la miseria, pero contentos
de no habernos separado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario